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viernes, 23 de enero de 2009

Cama (y 2)

Pues bien, lo prometido es deuda. Ahí va la crónica-informe del montaje de la cama.
Los detalles del miércoles los omito, porque ya los puse el otro día (el miércoles o ayer, mísmamente). Así que nada, al negocio.
Sobre las cinco y media aparece un maromo con el material. A saber: primero las patas (6) y la almohada, luego subió él solito la base (con dos cojones) y, finalmente subió el colchón ayudado por otro maromo de enormes dimensiones. Aquí surge mi primera duda: si la base pesa un quintal y el colchón se supone que está hueco (esos muelles)… ¿por qué necesita ayuda para subir el colchón y no para subir la base?. La base pesa mazo, eso ya lo pude comprobar yo mismo más adelante.
Les pago lo acordado y se van. Me dispongo a desmontar mi antigua cama para dejar sitio. Todo bien, controlado. Pongo el colchón antiguo sobre la cama del cuarto de invitados (anteriormente conocido como dormitorio de Pacostrato) y saco la base antigua al pasillo.
Primer problema: quitar los plásticos de la base y del colchón sin romperlos, por si hay que devolverlos conservar el envoltorio original (¡!) (consejo de mi santa madre). La base pesa tela. Consigo encontrar el lado que no está cerrado y volteo la base (hostias como pesa) para poner ese lado arriba. Quito el precinto y comienzo a bajar el plástico para sacar la base. El plástico está ya casi quitado, todo correcto, y me doy cuenta de que tengo que levantar la base para sacar el plástico del todo. Jooooer como pesa. Una vez quitado todo, a poner las patas. Horreur, vienen las seis patas pero solo vienen cinco aros de sujeción. Mi desesperación va tomando forma de aro cuando recuerdo que las antiguas patas de la antigua base tienen aros de esos. Saco uno antiguo y se lo pongo a la pata nueva. De lujo que te crujo. Con sus seis patitas puestas pongo la base en su sitio. ¡Que blanquita y bonita se ve!. Aunque un poco bajita, pero no me importa. Ahora le toca al colchón. Fácil. El colchón está hueco y no habrá problema. Y una mierda pa mi (ahora comprendo por que lo subieron entre dos). El colchón pesa mucho más que la base. Consigo ponerlo de pie y quitarle el plastiquete con el mismo inconveniente de tener que levantarlo a pulso y sacar con el pie el plastiquete. Por fin lo tumbo en la base. Ains. Saco de la bolsica la funda del colchón. Como todas las fundas de colchones del mundo viene justica y la cremallera es una mierda. Tengo que volver a poner el colchón de pie y poner la funda de abajo a arriba. A pesar del frío de la tarde empezaba a sudar (yo, no el colchón). Consigo poner la funda del colchón pero, como no podía ser de otra forma, se rompe la cremallera. No. No me iba a conformar con una cremallera rota el primer día de mi flamante cama. Así que, no sabiendo como, la arreglo y la cierro. Drito 1-Cremallera 0. Saco la almohada viscolástica con Aloe Vera (la hostia) de su bolsita y le intento poner la funda. Diossss, esto no es como las fundas esas que hacen juego con las sábanas. Esta funda no está abierta por los dos lados. Por un lado tiene una cremallera y por el otro está cerrada. Me desespero (versión 2.0). Pero no hay funda de almohada que se me resista, así que descubro tras un rato de meneos y golpes, la manera de meter la funda. Más fácil de lo que pensaba. Lo pongo todo en su sitio y saco las sabanas de pelete. Ains, que suavicas las sábanas de pelete. Las sábanas, estupendamente. Pero la funda de almohada de pelete me espera en la silla, satisfecha de si misma previendo la catástrofe. Efectivamente si hay funda de almohada que se me resiste: la funda de almohada de pelete. Me descoyunto los brazos intentando meterla (la funda, no se me confundan) y al final lo consigo. Pido cita en el traumatólogo y en el quiromasajista. Sigo con la odisea en su penúltimo episodio: el nórdico. He de decir que me ha costao 20€: 12€ la funda y 8€ el relleno. Uno que compra con clase. Era a lo que tenía más “respeto” y fue lo que menos trabajo me costó. Una vez hecha la cama y tomado un café, llega mi compañero de piso, Crisdengard, y me comenta que la funda nórdica está al revés. Al carajo, cuando me vaya a acostar la cambio. Eso si, lo más peor de todo fue cuando, después de todo el trabajo bien hecho, después de todo el sudor y el esfuerzo… comprobé que la funda nórdica traía una funda de almohada… AL CARAJO LA FUNDA DE ALMOHADA DE LA FUNDA NORDICA…

P.s.- Es increíble que pasen los años, cambien las modas, haya un presidente negro en Estados Unidos… y los estampados de las fundas de los colchones sigan siendo igual de horteras (y de mal hechas)…

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Y ahora, me voy a dormir a mi nueva cama...

3 comentarios:

Señor X dijo...

Mi abuela tenía una funda igual. Mi madre también, y yo también. Conclusión: es genético (desconozco si es debido a un gen ligado al sexo y conmigo se perderá).

Anónimo dijo...

¡EHPAÑIA! ¡¡EHPAAAAAAAAÑÑIAAAAA!! 6 patas, cinco aros!

6=5!!

Ah, Guarni, el colchón pesa más, porque ya te trae los ácaros. Lo vi el otro día en la tele. Compra pienso para ácaros.

Elena dijo...

Joé, me he cansado hasta yo de leerte xD

Lo bueno: que ya la tienes, lo malo: que es verdad que son horteras las fundas.