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martes, 26 de mayo de 2009

The end of course dance

Siempre, al llegar estas fechas, uno siente en el alma y en el cuerpo gran cantidad de sensaciones: la feria de Córdoba, con sus coloridas bombillitas y sus jarras de rebujito a 12€; la proximidad de mi onomástica, con lo que ello conlleva: la inminente llegada de las vacaciones; las típicas prisas para rellenar todo el papeleo en el trabajo; las calores prematuras... y, como no... (preparen música misteriosa con un cierto aire tenebroso que va "in crescendo" poco a poco hasta llegar al culmen, en el cual aparece de repente en letras grandes...)

LA FIESTA DE FIN DE CURSOOOOOOOOOOOOO...

Si amigos: la fiesta de fin de curso. Esa fantástica celebración que, cuando éramos niños, era como el "Baile del encantamiento bajo el mar" de Regreso al Futuro. Todo eran aventuras, nervios, cachondeo, risas, aguantar hasta tarde despierto... en fin, un acontecimiento que rompía la rutina y daba paso a lo más esperado para un niño después de los reyes magos: las vacaciones de verano. Ahora, con el paso del tiempo y tras un periodo en el cual sólo suponía una breve y momentanea molestia de un día al año en el colegio de enfrente, se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza.

Recuerdo, cuando era un tierno infante de orejillas despegadas y raya al lado izquierdo del pelo, que para la actuación, solo salían las cuatro o cinco niñas de turno. Siempre había una que nos tenía a todos locos perdíos (sobre todo en octavo, que teníamos ya las hormonas a ciento cincuenta). El baile era algo totalmente voluntario. Si uno no quería bailar (que se daba por sentado), pues no bailaba y punto. Los docentes se encargaban de seguir enseñando y, al final del curso, apretaban el acelerador. Ahora sin embargo, además de docentes (y psicoanalistas), debemos ser coreógrafos y directores de escena. Entonces me encuentro con la siguiente situación: dos cursos de 18 alumnos (36 en total, para quien no se quiera calentar la olla), de los cuales tienen que salir TODOS y TODAS, sin excepción, a bailar un baile que, seguramente, no les guste. Si se da el caso de que algún disidente no quiera bailar, hay que motivarlo (no obligarlo, que eso está feo) hasta la saciedad más cansina para que participe. Todo ello aderezado con una serie de progenitores y progenitoras que, digas lo que digas, JAMÁS estarán de acuerdo con lo que plantees y pondrán pegas a cualquier tipo de vestuario que propongas. Lo cual es muy alentador, teniendo en cuenta que no solo tienes que planear el baile, sino que además tienes que acabar el temario, evaluar (si, lo hacemos todo el año, pero hay que recopilar los datos), hacer los boletines, plantear actividades para el verano, buscar libros para que los niños y niñas lean durante el verano y rellenar los informes individualizados, actas de evaluación y demás papeleo. Vale, lo del papeleo, la evaluación, el temario, las actividades y demás lo entiendo y comprendo. Está dentro de mis deberes como maestro y lo asumo con gusto. Lo que no concibo ni me va a gustar en la vida es charlar animadamente con padres y madres que hace unos días te han puesto de vuelta y media. Gente que, señalando a la maestra de inglés de su hija, te comentan "¿es tu novia?" (verídico). Eso es lo que más me gusta de mi trabajo (se nota que es irónico, todo lo demás, en general, me mola). Buenas noches amigos y amigas...

6 comentarios:

pacostrato dijo...

La culpa es nuestra por no ponernos en huelga y hacer barricadas de neumáticos ardientes en la autovía del sur, por ejemplo. Por cierto: orgasmazo, orgasmazo... El jueves saldamos cuentas, broda.

Un abrazo.

duende dijo...

Ains el pobre lo que tié que agantá por ser maestro y además el de música... Si te hubiera dado por el inglés, te librarías de muchos marrones... y encima te ligarían con la maestra de sus hijas... jajajajajaja... Si es que apuntabas maneras, chaval!!!!!

Bueno, no te preocupes tú mucho. Como dices al principio, estos últimos meses tienen muchas cositas buenas también; así que piensa en la feria, en el fútbol (jejejeje) en tu día que es ya mismito y en qué quieres que te regalen... (no, la moto no!!!)... y ya verás que todo pasa rápido y en nada tenemos los 3 MESES que dicen que tenemos pa nosotros... Y digo yo que algo habrá que hacer con todo ese tiempo, no?! Así que ve pensando, jejejeje...

Un besazo.

P.D.: ¿Sería posible ver al "manestro" bailoteando a la par que sus pupilos?... ¡¡¡Eso no quiero perdérmeloooooooooooooooooo!!!

Notengoblog dijo...

Amos a ver. Si el tema es que da igual de qué especialidad sea. El tema es que al ser tutor, me toca preparar baile. Lo demás de ser maestro no me importa en absoluto. Un abrazoooooooooooo...

Elena dijo...

Exactamente, yo soy la de inglés (aunque todavía no me han emparentado con ningún compi, que yo sepa...), pero como soy tutora, pues también hay que cantar y bailar, pero como además soy la de inglés, pues habrá que preparar algo con los niños, una cancioncita aunque sea...

Y luego lo otro, lo de tener que departir alegremente con los padres y madres de los niños y niñas...

Me han encantado tu post, por cierto ;-)

Notengoblog dijo...

Gracias Elena, a mi también me gustan mucho los tuyos. Un abrazooooooooo...

duende dijo...

Bueno, a tí lo que te echen... ¡¡¡¡Hombre por dios!!!!